sábado, 21 de mayo de 2016

Sombra sin día.





Sombra Sin Día.


Soy una tenue sombra.
Un reflejo borroso
que vivió de promesas.
Un suspiro en un viento de paso
que no deja huella.
Soy esa noche oscura 
que reclama serena
la luz de una luna 
azulada y ajena.


Mientras mi espíritu anhela 
fenecer en silencio
no veo un cielo
sobre mi cabeza.
Solo fuego y cadenas
para este alma en pena.


He bebido este néctar avinagrado mil veces
cuando busco a mis hijos y ninguno se acerca.
Me he convertido en niño cientos de veces
llorando desconsolado en mi cuna, 
en la oscuridad más densa
pero no tengo un padre
que le interese mi condena.


El diablo me ignora.
Jehová solo espera.
Y entre idas y vueltas
mi vida se esfuma
deseando la tierra.


Yo soy ese segundo que acaba de irse...
ese sueño extraño que olvidas en cuanto despiertas.

Y me arrepiento de todo...
hasta de nacer en la tierra.
Porque soy un enfermo
del que nadie se entera
aquel que agoniza
mientras todos celebran. 


Y cuando toco el suelo
en la noche más fría,
sé que está cerca
la hora de mi partida.
Y voy a irme en silencio
como todos querrían
porque nunca fui nada
solo una tenue sombra
sin día.

                                               por: Luis Sadra.

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